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Este mes, el oro vuelve con el doble de fuerza. Y no es de extrañar que lo hiciera. El repunte de las criptomonedas ha terminado, todo se ha derrumbado, y el debate en Wall Street sobre la conexión entre los dos supuestos activos de cobertura se calienta cada vez con más fuerza.
Según las últimas estadísticas de los fondos ETF dedicados al oro y la moneda, en las dos últimas semanas se han producido las mayores entradas de capital desde el pasado mes de octubre. Mientras tanto, los precios del metal precioso, protegido contra la inflación, se acercan a los 1.900 dólares la onza. El Bitcoin ha caído entretanto casi un 40% desde su máximo de 63.000 dólares, y los fondos de inversión que trabajan con él están empezando a registrar salidas de capital.
¿Cuáles son las alternativas? En realidad, no hay ninguna. La debilidad del dólar y la caída de los rendimientos del Tesoro ajustados a la inflación se mantienen en el escenario, lo que demuestra una vez más el poder del oro en tiempos difíciles para los inversores. Los que están dispuestos a comprar criptomonedas, después de la " comedia " organizada por Elon Musk, son cada vez menos, ya que las ambiciones y las expectativas de crecimiento infinito se ven debilitadas.
Pero hay que tener en cuenta que el bitcoin, al haber adquirido el poder de un activo protector de la inflación, debido a la escasez de alternativas, seguirá compitiendo con el oro casi en igualdad de condiciones. La brecha cultural entre los jóvenes comerciantes obsesionados por la tecnología y los conservadores que se aferran a las bases y los fundamentos del pasado se irá aplanando poco a poco hacia los primeros, y eso no tiene remedio.
Tales empresas como JPMorgan & Chase & Co. y ByteTree Asset Management afirman que el reciente ascenso del oro parece provenir en parte de una salida de fondos del bitcoin y otras altcoins, ya que los inversores buscan un refugio seguro y cómodo para sus fondos asustados por el reciente pánico en el mercado de criptomonedas.
Los principales expertos en la materia han señalado en repetidas ocasiones que existe una gran confusión entre el bitcoin y el oro en este momento, ya que ambas clases de activos están en demanda en medio de la creciente inflación.
Pero como ya he señalado en numerosas ocasiones, el hecho de que los fondos institucionales hayan recaudado enormes cantidades de dinero en bitcoin este año habla por sí mismo. Nadie va a deshacerse de él ante el primer "viento" y, desde luego, no es correcto decir que el bitcoin volverá a caer en el olvido durante los próximos 3-5 años. Lo más probable es que los gestores de estos fondos simplemente hayan sobrestimado las oportunidades del mercado de criptomonedas, y muchos han pagado el precio por ello. Las monedas digitales (y aquí no sólo hablamos del mercado de criptomonedas, sino también de las monedas nacionales digitales) seguirán ocupando gradualmente el lugar del oro en la cartera de los inversores.
En un momento en que la recuperación económica estaba en pleno apogeo, y estamos hablando de los últimos seis meses, más de 20.000 millones de dólares salieron de los ETFs respaldados por lingotes de oro.
Muchos gestores de fondos utilizan el mercado de metales preciosos como punto de partida para predecir los precios del bitcoin. En un mundo en el que los inversores distribuyen el oro y los bitcoins por igual en sus carteras, y los dos activos están sujetos a una volatilidad tan elevada, esto sólo significa una cosa: el bitcoin vivirá, y el precio de 140.000 dólares por bitcoin, como predijo anteriormente JPMorgan, no parece tan fabuloso incluso teniendo en cuenta el hecho de que el mercado de la criptodivisa ha caído recientemente.
Sí, es un hecho que los inversores adoptarán ahora una postura de espera y aguardarán el esperado aumento de la inflación en el oro. Nadie apuesta ya por que el bitcoin supere fácilmente los 100.000 dólares a finales de año. Sin embargo, el avance de la vacuna contra el virus Covid-19 desencadenó un repunte económico en noviembre de este año, y los fondos cotizados en bolsa que rastrean el oro vendieron casi 12 millones de onzas troy a principios de mayo por unos 22.500 millones de dólares al precio actual. Lo mismo podría ocurrir en el momento en que los inversores se calmen y decidan que necesitan algo más que cubrir las pérdidas de la inflación. Ahí es donde todo el mundo volverá a pensar en el mercado de las criptomonedas, que sobrevivirá a la renovación y estará listo para recuperar a todos los que deseen volver.
Y aunque las previsiones sobre el precio del bitcoin se han visto ensombrecidas por la venta, el entusiasmo no se ha ido a ninguna parte. Bloomberg Intelligence cree que el próximo precio del bitcoin está en la marca de 100.000 dólares, lo que lo convertiría en un activo digital de reserva, justificando todo el riesgo de los inversores.
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