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El activo está subiendo por tercera sesión consecutiva, pero se debe superar un nuevo nivel clave para seguir creciendo.
Ayer, los precios del oro subieron $11.20 o un 0,6% a $1,828 la onza, ampliando su repunte desde el jueves pasado.
En ese entonces, el oro ganó un 1,7% y añadió un 1,3% el viernes, aumentando un 1,8% durante la semana.
El repunte fue provocado por la postura suave de la Reserva Federal, la posición del BCE y el Banco de Inglaterra sobre el aumento de las tasas de interés, así como por la baja tasa de participación de la fuerza laboral en los Estados Unidos. Como resultado, el oro superó su máximo de 2 meses el lunes.
La formación del precio del oro está influenciada por el momento en que la Fed sube las tasas de interés, señaló el analista Marios Hadjikyriacos. El precio sube cuando se pospone la subida de las tasas; en caso contrario, se desploma.
El activo encontró apoyo ayer en las declaraciones de la Reserva Federal sobre las tasas de interés. El lunes, el vicepresidente de la Fed, Richard Clarida, dijo que las condiciones para el aumento de las tasas de interés podrían aclararse para fines de 2022.
El rendimiento de los bonos del Tesoro continuó cayendo el martes, luego de mostrar su mayor caída la semana pasada desde el 12 de junio de 2020. Esta caída, junto con el dólar estadounidense más débil, está impulsando el oro.
Se requiere una caída más pronunciada en los rendimientos de los bonos y un debilitamiento más severo del dólar para un aumento mayor de los precios. Sin embargo, ninguno de estos escenarios parece probable en este momento, dijo el analista jefe de CMC Markets, Michael Hewson.
Según Hewson, el objetivo clave actual para el oro es su máximo de verano de $1,835. El precio probó este nivel tres veces este verano.
Es probable que el oro enfrente una fuerte resistencia en este nivel en el corto plazo, señaló el gerente general global de ABC Bullion, Nicholas Frappel. Este es el mayor punto de resistencia en el canal descendente actual desde los máximos de agosto de 2020.
El precio debe superar el nivel de $1,835 antes de que el mercado vea nuevas entradas de capital, dijo Ole Hansen, analista de Saxo Bank. "Este movimiento merece algo de respeto, pero veamos si continúa esta semana. Todavía no veo el gran impulso que vendrá de los administradores de activos con dinero real", comentó.
Hansen agregó que un rebote sostenible del oro requeriría más volatilidad en los mercados de valores. Cuando los índices están alcanzando máximos históricos a diario, nadie está interesado en mantener activos de refugio seguro.
Existen motivos para el optimismo, porque el repunte de la renta variable se concentra solo en unas pocas acciones.
"En este momento, el mercado de valores es "la cola que mueve al perro" por completo. El riesgo es que, con el repunte tan concentrado en unas pocas acciones, el impulso podría girar en una moneda de diez centavos", dijo Hansen. "Por la forma en que se está comportando el mercado de valores en este momento, no me sorprendería que viéramos otro diciembre como el de 2018. Fue el peor diciembre desde 1930."
El S&P500 bajó un 14% en diciembre de 2018, cayendo a su mínimo de 2 años.
Otros posibles vientos en contra incluyen el aumento de las presiones inflacionarias que eventualmente podrían crear una desconexión entre el dólar estadounidense y el oro.
El informe del viernes del Departamento de Trabajo de Estados Unidos avivó los temores de inflación. El Departamento de Trabajo declaró que los salarios registraron un aumento anual del 4,9% en octubre. Según algunos economistas, las empresas están aumentando los salarios para atraer a los trabajadores que abandonan el mercado laboral.
La Reserva Federal ha reiterado su postura de que la mayor inflación sigue siendo transitoria, aumentando la presión salarial.
"Si la inflación comienza a repuntar y los bancos centrales están detrás de la curva, entonces querrá tener algunas monedas de oro en sus bolsillos", comentó Ole Hansen.
A corto plazo, es probable que los precios del oro se vean influenciados por los datos del IPP y del IPC, que se publicarán hoy y mañana, respectivamente.
Estos indicadores pondrán a prueba la posición de la Fed sobre el aumento de la tasa de interés. Las tensiones del mercado laboral y la crisis de la cadena de suministro global pueden conducir a un nuevo pico inflacionario.
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